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Visualice su dolor lejos

¿Sabes por qué te duele? Hay varios factores que contribuyen a nuestro dolor. Tenemos vías nerviosas que proporcionan información a nuestro cerebro, incluida la presión, la temperatura y el estiramiento de los tejidos (músculos, ligamentos, tendones). El cerebro interpreta toda esta información y hace sonar la “alarma de dolor” si percibe peligro o posible daño a nuestros tejidos. Por ejemplo, si pisamos un clavo, las vías nerviosas envían información al cerebro para informarnos que pisamos un clavo. Luego, el cerebro procesa esta información y hace sonar la alarma del dolor para que tratemos adecuadamente nuestros tejidos lesionados.

Una vez que nos recuperamos de nuestras lesiones, el dolor puede persistir aunque ya no estemos en peligro ni suframos daños en los tejidos. Esto puede suceder porque nuestras vías nerviosas y nuestro cerebro se han vuelto más sensibles y activan la alarma de dolor con mayor facilidad. Muchos factores contribuyen a esta mayor sensibilidad de nuestro sistema de alarma, incluidos el estrés, la fatiga, la ansiedad, la incertidumbre y los antecedentes de dolor o lesiones.

Afortunadamente, existen muchas herramientas que pueden ayudarnos a reducir nuestro sistema de alarma del dolor. Una herramienta eficaz es la visualización. ¿Alguna vez has oído hablar de un atleta que practique la visualización para mejorar en su deporte? Visualizar el pase de touchdown o el sprint hasta la línea de meta mejora las mismas vías nerviosas que se activan al practicar físicamente este deporte. Cuanto más pueda un atleta mejorar estas vías nerviosas, mejor será su rendimiento.

Entonces, ¿cómo puede este tipo de visualización ayudar a reducir nuestro dolor? La visualización nos permite activar las vías nerviosas implicadas en el movimiento sin activar nuestra alarma de dolor. Debemos visualizarnos sintiéndonos muy bien durante la actividad porque permite que las vías nerviosas se activen sin que el cerebro perciba peligro o daño. La activación de estas vías nerviosas facilita cambios físicos en el sistema nervioso que ayudan a reducir nuestra respuesta al dolor.

Por ejemplo, si una corredora se torció el tobillo hace 3 meses y todavía siente dolor cada vez que corre, debemos considerar 2 cosas. Primero, debemos considerar cómo la debilidad, la tensión o el tejido cicatricial de los músculos pueden contribuir al dolor de tobillo. En segundo lugar, debemos pensar en cómo los cambios en el sistema de alarma contribuyen al dolor de tobillo. El sistema de alarma está percibiendo daño o peligro mientras corre, aunque los tejidos estén completamente curados. Para activar el sensible sistema de alarma, el corredor debe visualizarse vívidamente corriendo sin dolor. Al hacerlo, las vías nerviosas utilizadas al correr se activan y cambian físicamente para volverse menos sensibles.

Si bien es posible que la visualización por sí sola no haga que el dolor desaparezca, puede ser una parte importante de su proceso de recuperación.

La Dra. Katie Hall es fisioterapeuta en Colorado In Motion

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