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Las aseguradoras están pasando de la “atención por enfermedad” a la “atención sana”

TRICARE ha decidido eliminar el requisito de costo compartido de hasta tres visitas a un fisioterapeuta para el dolor lumbar. Han dicho que el objetivo es fomentar un mayor uso de tratamientos de “alto valor” para el dolor lumbar. Comprender lo que quieren decir con tratamiento de “alto valor” versus “bajo valor” puede ayudarnos a ver la dirección en la que se están moviendo los pagadores de atención médica y cómo la fisioterapia es parte de eso.

TRICARE nos dice en su resumen de esta demostración lo que quieren decir con atención de alto y bajo valor: “Aumentar el valor de la atención médica se refiere a mejorar la calidad de la atención y los resultados de los pacientes, mejorar el acceso de los pacientes a la atención y reducir los costos generales de la atención”. cuidado. Por el contrario, la atención de bajo valor se refiere a intervenciones que: no se ha demostrado que beneficien a los pacientes; puede dañar a los pacientes; resultar en costos innecesarios; o desperdiciar recursos de atención médica”.

Atención de alto valor

La atención de alto valor conduce a mejores resultados, es de fácil acceso y más barata tanto para los pacientes como para las aseguradoras. Ya sabemos que la fisioterapia encaja en esta categoría, pero si miramos otras cosas que entran en esta categoría, comienza a surgir un tema más amplio. En 2017, el Colegio Estadounidense de Médicos publicó pautas para el tratamiento del dolor lumbar que han sido ampliamente respaldadas. Las recomendaciones de tratamiento inicial incluyen ejercicio, estiramiento, tai chi, yoga, relajación progresiva, calor o hielo, terapia cognitivo-conductual y ejercicios de control motor. Todos estos son tratamientos activos, donde el médico y el paciente trabajan juntos para mejorar. Esto es “cuidarse bien” o “déjame ayudarte a mejorar”.

Atención de bajo valor

Por el contrario, la atención de bajo valor tiende a ser “atención de enfermedad”, en la que el paciente es un participante pasivo y el profesional dice “déjame ayudarte”. TRICARE coloca las imágenes antes de seis semanas sin síntomas de alerta, la cirugía para el dolor lumbar inespecífico, los opioides como tratamiento de primera o segunda línea y el reposo en cama en la categoría de bajo valor. También incluiríamos las inyecciones espinales en esta categoría para la mayoría de las personas. Son costosos, solo ofrecen un alivio temporal, generalmente hay que esperar mucho antes de que estén disponibles e incluyen el riesgo de infección grave y daño a los tejidos blandos circundantes, como la piel, los cartílagos y los ligamentos.

Esto no quiere decir que las imágenes, la cirugía o las inyecciones sean siempre malas. Para un pequeño porcentaje de personas con dolor lumbar, son lo correcto. Pero la mayoría de las personas deberían comenzar con tratamientos que tengan los mejores resultados al menor costo. Si esos tratamientos tienden a centrarse en capacitar a la persona que sufre para que participe activamente en su atención en lugar de hacerla dependiente de que alguien la “cure”, eso es aún mejor. Los fisioterapeutas lo saben y llevan años brindando atención que se ajusta a este modelo. La demostración de TRICARE de que renuncia al costo compartido muestra claramente que las aseguradoras están reconociendo el valor de este tipo de atención y que están avanzando activamente en esta dirección.

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